lunes, 23 de marzo de 2009

No espero nada de la vida

Me cuesta escribir.
Tanto tiempo ausente, y me parece que esta hoja es aún más blanca que la última vez.

Realmente no soy sincera al escribir aquí. No soy sincera porque no me atrevo. No me atrevo a descubrir realmente qué es lo que me pasa. Me limito a lamentarme y autocompadecerme. A realizar reflexiones superficiales que ya han sido hechas en otros sitios y por otras personas antes.




Me da miedo hablar realmente de mi, de mi propia historia. Quizás porque no la tengo.
No hay un
principio, y cada vez más pienso que no sé si habrá un final.
Sólo sé que no me siento bien, que cada vez odio más las horas de las comidas. Que me siento culpable sólo por pasar cerca de la cocina y oler a algo rico. Me entran nauseas sólo de pensar en que llega la hora de sentarme en la mesa.



Estoy tan deprimida. Ayer comí galletas. Muchas galletas. Es horrible. Soy tan débil. Me doy tanto asco. No soy capaz de avanzar. Mi vida es un auténtico desastre.

Lo peor es tener que fingir. Fingir que todo está bien, en orden.
Tener que sonreir continuamente a todo el mundo cuando por dentro me estoy muriendo.
No consigo adelgazar. No consigo ser feliz. No entiendo esta vida. Es como si me perdiera algo, como si no fuera capaz de entender cuál es el secreto para encontrar la felicidad.

Y van pasando los días, y cada vez me siento más y más grande. La báscula es tan cruel últimamente.

No soy capaz de llorar, de sentir, de gritar. Estoy en coma. Estoy esperando a que algo ocurra y lo cambie todo. Me acuesto todas las noches pensando que me levantaré siendo otra persona, en otro cuerpo. Pero esta mañana, al levantarme, una vez más, el milagro no se había producido.

Sigo triste y sola.
Vacía, triste y sola.


Sólo tengo este odio profundo hacia mi cuerpo y hacia mi misma. A veces doy gracias por tenerlo, porque es lo único realmente mío y auténtico que poseo. Lo demás es simple impostura.
Deseo estar realmente enferma, ser fuerte, ser capaz de autodestruirme, porque todo me parece tan difícil...


No espero nada de la vida. Lo único que espero es bajar de peso, lograr algún día ser una persona normal. No me importa el precio que tenga que pagar. Vivir así no es vida.




En muchos momentos querría dejarlo todo.


Abandonarme definitivamente a la comida.


Comer y comer y comer. Y solo hacer eso. Pero esa es una forma tan cobarde de lastimarse... Es pura debilidad. Ya lo hice en el pasado, y ahora pago las consecuencias. Toda esta grasa me oprime el corazón, el cerebro y oprime mi vida entera.




He decidido ser mejor. Alcanzar un peso sano. Sé que va a ser duro, porque en muchos momentos la tentación y el camino fácil me llaman.
Pero voy a demostrar a todos que tengo una gran fuerza de voluntad.

La comida es una droga, y yo estoy realmente enganchada.
Necesito tener una talla normal.
No soporto vivir ni un día más tan gorda, tan obesa.
Estoy harta de ser siempre el último mono.

No puedo más.

...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Yo sola no puedo...
¿Me ayudas?