viernes, 27 de marzo de 2009

Yin-Yang (y mis pantalones vaqueros)

Hoy el día ha empezado GENIAL.
Llevo dos días haciendo "mi dieta" de forma muy estricta, y he bajado otros dos kilos.

Me encanta esa sensación de triunfo por la mañana.
El sentir que el esfuerzo vale la pena, que estoy un peldaño más arriba que ayer.
Sé que son muchas escaleras (o sea, muchos kilos) pero necesito llegar a la cima. Ahora mismo es lo único que me hace sentir viva.

Pues ante los buenos resultados, he decidido probarme unos vaqueros que me quedaban pequeños.
y... ¡¡¡sorpresa!!! He podido ponérmelos.
No me lo podía creer.

Me los he puesto y me he ido súper contenta a trabajar.
Recuerdo que hace no mucho me los probé y me faltaban cuatro dedos para abrocharlos.

Yo no me doy cuenta, porque aun no se me nota, pero por primera vez estoy viendo resultados, y eso me anima muchísimo.

Pues bien. Esta tontería sin importancia ha sido mi parte "yang" del día.






Luego he ido al trabajo, y todo ha cambiado. Cuando he llegado estaba mi jefa, pero a los 15 minutos se ha marchado y me he quedado sola. Todavía faltaba una hora para que entrara mi otra compañera, y me ha entrado la gula. Era la hora de comer, y en casa no había comido nada, la verdad. Me he dicho "por un sandwich no pasa nada". He abierto la nevera, y me he hecho un sandwich con jamoncito, queso y aceite. Después he cogido tres helados, 13 galletas, y me he preparado un cola-cao (con muuuucho cola-cao) con más galletas.
Me he llevado mi vaso al despacho (porque mi jefa no estaba) con el cola-cao y las galletas rebosando por los bordes. Entonces, justo entonces, ha llegado mi compañera. Media hora antes de que empezara su turno, y sin darme tiempo a reaccionar. Ha entrado y me ha visto con mi súper vaso de leche chocolateada y hasta arriba de galletas.

Creía que me iba a morir.



He salido del despacho, me he ido a la cocina a acabar de engullir mi comida; y cuando he vuelto para limpiar las manchas de colacao de la mesa, mi compañera ya lo había hecho.

No me ha dicho nada.


No sé si alguna vez he sentido tanta vergüenza.


Y después ya no he parado.
Me he pasado la tarde en la cocina, picoteando. Ahora un par de galletas, ahora un mini bocadillo, ahora...


No sé pq, pero es como que en el trabajo "me permito" comer. Y no lo entiendo. Me cabrea tanto!!! No lo puedo comprender. En casa, en cualquier sitio, aunque vea el mayor de los manjares, soy capaz de controlarme, pero en el trabajo no paro de comer.




El yin, la oscuridad...
Siempre es el lado más potente, el que gana.

Me siento tan mal.
Soy tan despreciable.

De hecho incluso he vomitado.
Y lo peor es que no ha servido para nada, porque no he conseguido echar nada.


Soy tan ridícula.

Mañana me pesaré, y mi único momento feliz del día, pasará a ser otro momento más de humillación.

Me odio tanto.






tanto...

...

3 comentarios:

  1. Nena, no seas tan dura con vos misma... Intenta quererte que así nos va mejor en todos los órdenes de la vida.
    Quizás eso de no poder controlarte te sucede en el trabajo por la presión o ansiedad. Tratar de buscar el porqué seguramente te ayudará a prevenirlo!!! Un bocado detona el picoteo, intenta llevarte algo saludable y light, es una forma de empezá a quererte!!
    Felicitaciones por el logro!!! Ese es un buen motivo para estar contenta con vos misma: Has logrado cumplir un propósito!! Podés lograr eso con el peso o cualquier otra cosa!! A mi también me alegra "recuperar" alguna prenda!!! No importa cuántos escalones sean, lo importante es que sabes que vos podés dar todos los pasos que necesites!!! Seguí así de animada!!
    Te mando un beso enorme y deseo que tengas un bonito fin de semana! Cuidate, hermosa!!

    ResponderEliminar
  2. invierno, no te preocupes..dias malos los tiene todo el mundo. Y tienes que intentar ocupar tu mente en el trabajo y no comer nada.. un te, fruta... nose, como t controlas fuera de él pero estando en el trabjo.

    Bueno, gracias por los consejos.. :)
    me dejo mas trankila


    bEijos
    ;*

    ResponderEliminar
  3. el control realmente es muy dificil conseguirlo, yo no creo que lo tenga aun, pero lo importante es intentarlo! siempre! si te fijas muchas veces comemos "porque toca" o a veces porque te desesperas y no sabes qué hacer. Intenta pensar en otras cosas, centrarte en lo que estés haciendo en ese momento y masticar chicle. inconscientemente, con otro sabor en la boca es diferente :)

    muchos ánimos, ya veras como esos vaqueros te siguen estando genial! :)

    ResponderEliminar

Yo sola no puedo...
¿Me ayudas?